Ahora que Andrés Manuel López Beltrán, hijo del presidente de México, fue electo como secretario de organización de Morena a nivel nacional, muchas son las voces de la oposición que ya lo ven como el candidato a vencer en la elección presidencial en 2030.
No es casualidad, dicen, que justo entra en escena al término del mandato de su padre, aprovechando la gran marca que le hereda al llamarse igual que él.
Para bien o no, hay que reconocerle a López Obrador el haberse convertido en el último luchador social de los últimos tiempos.
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Tampoco es casualidad que ‘Andy’ —como sus amigos lo llaman de cariño— entra como secretario de organización, posición que le permitirá recorrer todo el país, con el pretexto que estará organizando los comités, las bases de Morena, entre otras acciones.
Por primera vez se le escuchó hablar en público este 22 de septiembre y sin decir que es su papá, hizo referencia a López Obrador como el líder máximo de todos los que ahí se concentraron para renovar la dirigencia nacional.
“Él se va al retiro por que nos dijo que se retiraba cuando hubiera relevo generacional y quiero que todos entendamos que cuando se habla de ese relevo, se habla de nuestra presidenta electa, nuestra compañera Claudia Sheinbaum Pardo”, dijo al tratar de darle su lugar a la primera presidenta de México.
Eso, ante las voces que lo ven a él como ese relevo generacional que pudiera mantener a Morena en el poder más allá del 2030.
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Aunque los oradores destacaron a Sheinbaum, las y los consejeros fueron a cuadrarse con López Beltrán. Se dice entre ellos que quien realmente dirigirá Morena en los próximos tres años es él.
El que tendrá la última palabra será Andrés Manuel López Beltrán y sí, podrá auto postularse en 2030 si así lo quisiera.
¿Se imaginan un round entre juniors por la presidencia de México?, el hijo de AMLO frente a Luis Donaldo Colosio Riojas. Dos personajes que no solo heredaron los nombres de sus padres sino también su peso político.
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Algo que no hay que olvidar más allá de Andrés Manuel López Beltrán es que, a la par, Morena, el partido más poderoso en estos momentos en el país, tendrá dos presidentas: Sheinbaum Pardo en la presidencia y Luisa María Alcalde en la dirigencia del partido.
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Es la segunda mujer en dirigir el partido que fundó López Obrador y la más joven, y eso también habla mucho del grupo que confía en las mujeres jóvenes.
Sí es de celebrarse que en Morena una fundadora esté a la cabeza. Ojalá, ojalá, que la dejen tomar las principales decisiones.
