Los morenachos tuvieron la esperanza hasta en el último minuto en que el presidente Andrés Manuel López Obrador metiera las manos para que Ignacio Mier fuera el candidato a la gubernatura de Puebla.
No fue así. El presidente abandonó Palacio Nacional para una gira de dos semanas en el norte del país un día antes de las reuniones en las que se dieron a conocer los resultados de las encuestas en las nueve entidades en juego en la elección del 2024.
La decisión estaba tomada aunque Morena la hizo de emoción durante una noche larga, pues planeó inicialmente informar a las seis de la tarde los nombres de las cinco mujeres y cuatro hombres con quienes competirá en 2024, después se aplazó para a las ocho de la noche pero terminaron con el anuncio a las 3:50 de la madrugada del 11 de noviembre.
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En mi columna Al Polígrafo del 5 de noviembre pasado les adelanté que Armenta había ganado la encuesta madre y una de las dos espejo en conocimiento pero en ponderación, se llevó de calle a los otros seis finalistas en las tres mediciones, incluido Nacho Mier.
Los números ya los conocían los punteros por eso buscaron negociaciones políticas, que no se respetaran los resultados de la encuesta y la decisión se dejara en manos de AMLO.
Los morenachos creyeron que bastaba con sacar adelante el presupuesto 2024 para inclinar a su favor la balanza y aprovechar que el presidente estaba “muy contento” para decir: “sí, que vaya Mier. Se lo merece”, como un premio a la lealtad.
Claudia Sheinbaum, virtual candidata presidencial de Morena sí consultó la decisión final con el presidente y sabemos que las entidades en donde más se concentraron los jaloneos fueron en la Ciudad de México y Puebla.
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El presidente sí quería a Nacho Mier para Puebla. Era un secreto a voces pero también a Clara Brugada en la Ciudad de México así es que en la negociación con Sheinbaum, tenían que sacrificar a alguno de los dos y por la paridad de género, se optó por ya saben quién.
Sheinbaum “sacrificó” a Omar García Harfuch y López Obrador a Nacho Mier, pues aunque no quiere a Armenta, finalmente le reconoció con su decisión que sus números lo respaldan y contra eso, no había más qué hacer.
Si Claudia Rivera hubiera obtenido mejores números, quedado en segundo lugar al menos y no en tercero, seguramente la historia en Puebla sería otra, hubieran ponderado a que fuera mujer la candidata a la gubernatura.
Hubo otras mujeres mejor calificadas y con menos negativos en las encuestas y que quedaron en segundo lugar como Brugada por eso fueron electas para dar la pelea en sus estados en 2024 y sumarle a Claudia Sheinbaum para ganar y no colgarse de ella.
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En resumen. Armenta Mier ganó por la buena la candidatura, por eso el único que chistó fue Mier (cómo se esperaba), quien abandonó el Hotel Camino Real de Polanco en la Ciudad de México antes que terminara la reunión con los poblanos en donde les dieron a conocer los resultados.
Su enojo es entendible, quedó a un pasito y francamente creo que no tiene a dónde irse. Solo le queda negociar su destino político en Morena.
Una lástima para quienes perdieron su dinero (los Ventosa) en este proceso interno pero así es la política, hay que apostar y arriesgarse.
